Tren Maya cambia la anatomía del sureste mexicano

Las brigadas trabajan las 24 horas en dos turnos, a veces incluso domingos, y ahora enfrentan las tareas más complejas, como instalar el nuevo tendido, la construcción de la infraestructura inmobiliaria, la colocación de los trenes y la habilitación de los sistemas electrónicos.

En su evaluación de la cuenta pública 2020, la oficial Auditoría Superior de la Federación (ASF), la contraloría nacional, ya había advertido del rezago, pues el megaproyecto reportó un avance de una quinta parte respecto al plan de 2019 y 2020 debido a rediseño del recorrido, demora en obtención de derechos de vía de paso y en el retiro del tendido existente, que Fonatur achaca a la pandemia.

En una solicitud de información pública, Fonatur respondió a Diálogo Chino que las obras de la ruta Palenque-Escárcega tienen un avance de 21 %, mientras que la dependencia reportó un avance de 14 % en la ruta Escárcega-Calkiní (también en Campeche). En un año y medio, las obras deben estar finalizadas.

Además, la ASF evidenció el aumento del costo de 7320 millones de dólares en 2019 a 8830 millones al año siguiente, con la falta de explicación del gasto por al menos 13 millones.

En Palenque, una zona de fuerte influencia de López Obrador por la presencia de su finca “La Chingada”, la construcción está a un nivel similar a la de Escárcega. En el barrio Pakal-na, en Palenque, la ruta discurre en paralelo a la carretera, entre vías secundarias y selva baja, en las proximidades del antiguo aeropuerto.

“El gobierno decía que solo era la rehabilitación (de la vía) y se puede constatar que no es así. Hay una diferencia enorme, porque el impacto es mucho más fuerte, porque hay que excavar de nuevo, remover tierra, flora y están los efectos sobre la fauna”, señala Elisa Cruz, académica de la pública Universidad Autónoma de Chiapas, a Diálogo Chino.

El estudio de 2021 “Impacto de las vías de comunicación sobre la fauna silvestre en áreas protegidas. Estudios de caso para el sureste de México”, elaborado por investigadores de Ecosur, concluyó en que el Tren Maya exacerbará la fragmentación y el deterioro de la calidad del hábitat en un periodo de solo 10 años.

El reporte citado indica que el tren “tendrá una repercusión ambiental mayor que la causada por la red de carreteras de la región”, con un efecto “negativo”, “directo”, de “magnitud alta” y cuya superficie afectada “de forma irreversible” representa 15 % de las 25 000 hectáreas perdidas por la construcción de carreteras en dos siglos.

La pérdida de hábitats, provocada por la operación del ferrocarril, puede incrementar significativamente durante la primera década de funcionamiento por el hipotético fomento a la agricultura y ganadería debido a la baja de costos de transporte.

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